La bendición de un Padre
La bendición de un padre es la bendición de Dios, decía mi Padre; aunque sonreía porque al terminar la frase él me daba su bendición, no comprendía la profundidad de sus sabias palabras.
Mi padre era un ser divino, alegre y maravilloso, tomaba la vida ligera, veía el vaso medio llena y hacía día a día lo necesario y más para llenarlo con momentos que contaran y se quedaran en el corazón.
De pequeña, le gustaba pasar tiempo con sus padres, hermanos y la familia y cuando fuimos creciendo pasaba tiempo con nosotros jugando y en lo que me parecía interminables “tertulias” para preguntarnos cómo estábamos, qué tal nos sentíamos, qué nos había gustado de la semana y qué no y siempre sin excepción nos preguntaba cómo nos podía ayudar.
A mí en particular cuando yo creía que tenía un problema él me decía, no te preocupes, vamos a dividirlo por partes; como las piezas de un rompecabezas toma una parte a la vez.
Yo le preguntaba, cómo hacía para no enojarse en el día a día; él sonreía y decía: hija, la vida es muy corta para pasarla mal, y hay tantas cosas hermosas ocurriendo todo el tiempo que es lo que hay que mirar.
Sólo recuerda la gente es como es y no como tú quieres que sea, cuando entiendas eso, vas a ser muy feliz.
Wow, aceptar sin juzgar… sigo en el proceso, espero muy pronto poderlo vivir así.
Hace 12 años mi papá se fue de este mundo, sus últimas palabras fueron: “Hija cuídate mucho y como una manzana todos los días”; recuerdo como reímos, sabiendo con la mirada que era el adiós.
Te abrazo amorosamente,
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