Ángeles

Los ángel son seres sobrenaturales inmateriales y espirituales, su deber es el de servir, suelen ser representados como mensajeros de Dios. Estos seres de luz se consideran como criaturas de gran pureza destinadas en muchos casos a la protección de los seres humanos. En este sentido digamos que se trata de nuestro ángel de la guarda, los ángeles se comunican con luz y amor, ellos anhelan que nosotros expresemos nuestro amor  hacia todos, cuando se los permitimos, nos guían, nos protegen y están pendientes de cada una de nuestras necesidades, pues están aquí para apoyarnos y enseñarnos que sólo a través del amor encontraremos el camino y quieren que nos acerquemos a ellos, para que con su guía logremos que este mundo físico en donde vivimos se convierta en un mundo hermoso y maravilloso.

Para lograr que este mundo sea así, debemos entender que todos somos hermanos y a la vez hermanos de los ángeles, nos enseñan a elevar nuestra conciencia, pedir ayuda y asistencia a los ángeles permite que sus esencia celestial lleguen a tu vida, esta esencia de los ángeles son vibraciones de paz, salud, felicidad, abundancia, armonía y mucho amor. Ya que cuando se guarda rencor se obstruyen nuestros centros energéticos del cuerpo vital y aparecen enfermedades, depresiones y angustias, nuestra aura permanece oscura y densa, se forma una barrera energética  que dificulta la entrada de energías celestiales,así que ya sabes eleva tu conciencia hacia el reino celestial y pide asistencia a ellos, los ángeles pueden manifestarse por medio de sueños, meditaciones y cuando estamos en oración, acércate a los ángeles y a tu ángel guardián siempre, recibe su asistencia, protección, sabiduría, confianza y amor.

Oración a nuestro ángel guardián:

Ángel santo de la guarda, compañero de mi vida, tú que nunca me abandonas, ni de noche ni de día.

Aunque espíritu invisible, sé que te hallas a mi lado, escuchas mis oraciones y cuenta todos mis pasos.

En las sombras de la noche, me defiendes del demonio, tendiendo sobre mi pecho tus alas de nácar y oro.

Ángel de Dios, que yo escuche tu mensaje y que lo siga, que vaya siempre contigo hacia Dios, que me lo envía.

Testigo de lo invisible, presencia del cielo amiga, gracias por tu fiel custodia, gracias por tu compañía.

En presencia de los Ángeles, suba al cielo nuestro canto: gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. Amén.