Hijos

Hijos


En pláticas que doy a los padres me gusta hacerles esta pregunta ¿Qué desean para sus hijos? La mayoría responden, su felicidad, su bienestar, que sean buenas personas, que se realicen, que tengan lo que yo no pude tener. Hay caminos que ayudan a fomentar la felicidad y otros que, sin quererlo, van en el camino contrario. El aprendizaje y los valores se adquieren a través del modelado de nosotros los padres. Es decir, los niños copian nuestras acciones, entonces, ¿qué les parece empezar a trabajar con uno mismo?  Si estamos agobiados, estresados o deprimidos, es probable que nuestros hijos también lo estén. Por lo tanto, somos nosotros quienes debemos buscar ayuda profesional, alguna actividad gratificante o intentar dejar las culpas de lado. te invito a que lo hagas y ya veras en cuanto empecemos a disfrutar y sonreír nuestros hijos también lo harán. Otra de las menciones es,“Que mi hijo tenga todo lo que no tuve”¿En dónde está escrito que esto lo hará más feliz? Esas cosas que no tuvimos en el pasado puede que nos hayan ayudado a convertirnos en quienes somos, a valorar lo que tenemos.



La idea no es no dar todo a nuestros hijos, sino dar las cosas en la justa medida. Ayudarlos a  que se ganen lo que deseen, para que no crezcan pensando que la vida tiene que ser fácil y que pueden tener las cosas cuando las quieran. Otro error que cometemos los padres, es evitar que se frustren. Si se frustran de niños, cuando sean adultos sabrán que es algo normal, que pueden estar tristes pero no deprimidos, que pueden volver a intentarlo y en casos de pérdidas, aprender desde chico a aceptarlas. un ejemplo, si muere una mascota, la idea no es ir corriendo a reemplazarla para que no se dé cuenta que no está más y  no sufra.

Vivimos en un mundo competitivo, pero no lo convirtamos nosotros en una competencia constante muchas veces, cuando nuestro hijos comienzan una actividad, la disfrutan, pero nosotros los padres los criticamos y destruimos su autoestima, tal vez no sean los mejores, pero debemos dejar que disfruten dicha actividad, a través del grito o la presión lo único es lograremos es que nuestros hijos se sientan mal, estimulemos la competitividad consigo mismo, pero no la competencia con los otros, es preferible saber si se divirtieron antes que si ganaron o perdieron.  Si tienen las condiciones y los alentamos de manera correcta llegarán lejos, dejarlos hacer lo que les gusta sin controlarlos los hará ser felices y a nosotros padres orgullosos.

VUELVE A TU ESENCIA.



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